martes, 15 de noviembre de 2016

La seguridad en entredicho

En teoría, la protección y la seguridad de los empleados es primordial para poder asegurar que el trabajo al que se comprometen a realizar, se haga de forma correcta. Sin embargo, las empresas encargadas de extinguir fuegos están llenas de irregularidades y esto puede conllevar, y conlleva, una serie de accidentes que ya se han cobrado más de una vida. Inaer, al ser la máxima organización en lo que a operaciones de rescate y salvamento se refiere, está situada en el punto de mira y no de una manera positiva.

El banquillo de los acusados no es desconocido para la empresa que lidera el negocio de la extinción de incendios. Pero, a pesar de poseer una larga lista de irregularidades a sus espaldas, las acusaciones no llegan a ningún puerto debido a que los informes que redacta la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) no pueden ser utilizados como prueba en un juzgado. Es decir, los informes que señalan cual es el motivo de un accidente no pueden ser utilizados para poner en relevancia los múltiples fallos de seguridad que actualmente existen, lo que lleva a la inacción y a la repetición de dichos fallos.

Y no son pocos los fallos que se han encontrado. En enero de 2010, el helicóptero AW-139 salió a realizar tres maniobras de entrenamiento cerca de Almería y cayó en picado sobre el mar mediterráneo. ¿Resultado?, tres fallecidos y ningún responsable del accidente. 
El CIAIAC estudió el caso detectando en el proceso hasta siete fallos de la responsabilidad en seguridad de la compañía. El accidente se saldó sin responsables pese a que la Confederación General de Trabajo y el Colegio Oficial de Pilotos de Aviación Comercial denunciaron a la empresa por irregularidades en la formación del personal. 

Otros ejemplos se pueden observar en la reciente crisis del Ébola en España y en los incendios de la Sierra de Gata en el verano de 2015. En el primero, se trasladó a posibles afectados sin traje protector porque no existe un protocolo para los transportes de este tipo. En el segundo, el cubo de 80 kilos de peso que llevan los helicópteros de incendios para cargar agua se cayó hasta tres veces. Un peso más que suficiente para matar a una persona. Con esto, queda expuesto que el riesgo no es solo para la tripulación. 

No es lógico que la empresa española líder en servicios y operaciones de rescate cuya principal máxima es "Asegurar la seguridad" acumule ya cerca de 70 víctimas mortales desde el año 2000. La inexistencia de riesgo no es posible, pero no hay que olvidar el hecho de que 70 no es solo un número, son personas. 

DEMEBÉ STUDIOS

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